Objetivo 13:
Acción por el clima

Prueba de lo anterior, es que la producción regional de cemento cuenta con una de las huellas de carbono más bajas a nivel mundial, como resultado de la implementación de tecnologías de valorización de residuos, ya sea como combustibles alternativos para nuestros hornos en reemplazo de combustibles fósiles (coprocesamiento), o como materias primas alternativas en reemplazo de recursos minerales no renovables (Factor Clinker), además de la constante modernización de las plantas para asegurar un alto estándar de eficiencia energética.

Con respecto al uso del cemento y concreto, se ha demostrado que es una de las mejores soluciones para la eficiencia energética y reducción de CO2 en sectores tales como transporte, residuos y vivienda, que emiten más del 30% de gases efecto invernadero del planeta, además de la alta resiliencia que aportan estos materiales a la necesaria infraestructura para adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas.

En 2020 la Asociación Global del Cemento y el Concreto (GCCA, por sus siglas en inglés) lanzó la Declaración de Ambición Climática, demostrando el compromiso de la industria en todo el mundo para reducir su huella de CO2 con la aspiración de entregar concreto neutro en carbono para 2050.

La declaración identifica las palancas esenciales que serán necesarias para lograr un hormigón neutro en carbono: reducir y eliminar las emisiones relacionadas con la energía; reducir las emisiones del proceso mediante nuevas tecnologías y el despliegue de la captura de carbono; uso más eficiente del hormigón; reutilización y reciclaje de hormigón y edificios; y aprovechar la capacidad del hormigón para absorber y almacenar carbono de la atmósfera.